Como miembros de una comunidad educativa y como sujetos de la Democracia –luego de más de 30 años ininterrumpidos-, lamentamos profundamente que sucedan este tipo de hechos que amenazan la integridad y la vida de las personas. Creemos que toda la comunidad del Instituto debe manifestarse en contra de este tipo de actitudes cobardes.
Una amenaza de muerte constituye un delito que atenta contra los derechos humanos. En este momento de florecimiento político, la libertad de expresión es un derecho democrático que no puede ni debe ser censurado.
Por ello es que desde CRISOL, repudiamos desde nuestras convicciones más profundas, las amenazas recibidas por la rectora de nuestra institución y sus familiares, y nos solidarizamos con ellxs, entendiendo también, que este tipo de ataques no atentan solamente contra determinadas personas o puestos de trabajo, sino que afectan a la comunidad, el bienestar, y la democracia de todo el Joaquín.